19 de marzo de 2007

Mi taza bordada...


Mi preciosa y coqueta osita compradora. Compré esta taza en una tienda preciosa de punto de cruz que hay en mi ciudad. Es una de las más especiales porque solo lleva cosas de bordado y tiene exclusividad con ciertas marcas. He comprado poco a lo largo de los años, porque hay que reconocer que la señora que lo lleva no es el encanto personificado, pero a veces voy a mirar el escaparate, igual venimos de tomar algo y de repente me entra el capricho de deleitarme con las maravillosas cosas que se pueden bordar a punto de cruz, y le digo a Iván, cariño, vamos a pasar por la tienda de punto de cruz, y allí me deja un rato mirando embobada hacia todas las esquinas del escaparate, viendo entredoses, cuadros, accesorios, baberos, bolsas, aplicaciones...Me dan unos ataques de ansiedad y éxtasis ante tantas maravillas....Quisiera hacerlo todo y tenerlo todo y lucirlo todo....Ante tanta compulsividad, que mejor motivo para poner en la taza que una coqueta osita compradora...La bordé una primavera entrando ya en el verano, en ratos de playa y merenderos. La verdad es que no he llegado a usarla, ahí está adornando en la repisa. Si tengo una nena seguro que la estrenaré con ella....

9 de marzo de 2007



La preciosa Luana ya tiene su gorrito. Un domingo fuímos unos cuantos amigos a comer, por la tarde paseamos cerca del mar, Luana era el único bebé que venía con nosotros, así que era totalmente el centro de atención. Hacía bastante fresco y lloviznaba. Oí hablar a su madre, la niña solo tiene un gorrito, en beige tostado, recto y con una flor, moderno y práctico. Aproveché, aunque ya lo había pensado porque le había hecho el gorrito a Valeria. Le dije: Sara, le hago yo uno, dime en que color...y si quieres ganchillo o agujas...Me da igual la ténica, pero que no sea caladito, que la abrigue...color...o crudo o rosita...tiene un abrigo crudo y otro rosa. Genial, tengo lana cruda y puedo adornarlo luego con algo rosita o morado. Lo hice en un día. Se lo llevé al siguiente viernes que la veía. Se lo probé y le saqué fotos...al principio la niña se lo quitaba, a fuerza de que todas se lo colocásemos acabó por aceptar. Se que no la pega nada con el vestidito de cuadros de leñador que llebaba ese día, pero el gorro en sí es encantador y ella está preciosa con él. Conozco a su madre y se que no se lo pondrá más rato de lo imprescindible, justo el trayecto en el que la niña pueda estar expuesta al frío, pero nunca se lo pondría solo por coquetería, para Sara es un complemento práctico, si además es guapo genial, pero ante todo la comodidad de Luana. Ahora he vuelto al punto de cruz y desde luego exige mucha más concentración...pero es tan guapo "pintar" con la aguja....