13 de febrero de 2007

Vuelve ha haber tiempo y estilo para todo...


Después de la monería que le hice a Valeria, de un estilo tan femenino y tan chic, este gorro resulta como mínimo "simpático"...jajajaja. No tiene nada que ver ni color, ni lanas, ni estilo. Sólo les une la técnica, los dos son de ganchilo. Este va rapidísimo y aquel me llevó su tiempo (que tampoco fue mucho). Ahora ya no está como en la foto, a mis "alrededores" no les gustaba la flor-pompón de lana de fantasía azul. Así que me he limitado a hacer una bolita de pelos y ponerle una en cada orejera y otra arriba del todo en el agujerín de comienzo de gorrito, en la cocorota. También he hecho bufanda a juego, pero no tengo foto todavía, tendré que añadirla después. Como lo llevaba conmigo aproveché y se lo probé a Valeria y sinceramente, me encanta. Es un estilo muy distinto, más invernal, puede que más masculino, pero es enormemente abrigadito en esa lana gruesa y con esas preciosas orejeras, y es realmente simpático con el toque azul fiestero que le da la lana de pelo. Ahora solo falta pensar que el roro que lo lleve no proteste mucho, igual lo del pelo no está hecho para él, aunque es francamente suave. También le hice unos cordones de la lana azul, sólo cadenetas porque con tanto pelo la simple cadeneta ya hace cordón y un par de bolitas al final de cada cordón para atar después. Con esta misma lana cruda voy a hacer uno para mi preciosa Luana (la bebetina de mi amiga Sara), seguro que su madre me deja fotografiar gorro y bebé y puedo poner creación y modelo.

5 de febrero de 2007

Valeria coqueta






La preciosa Valeria ya es coqueta...como su madre, sus tías y su abuela. Todo un matriarcado de mujeres especiales, por dentro y por fuera. Su madre la lleva siempre impecable y conjuntada. Le gusta saborear la vida, por eso a su niña la viste como a una princesa, y la alimenta como a una reina. Valeria se dejo probar gorro y bufanda-lazo, incluso posó en algunos momentos, pero su instinto primario la hacía volverse hacia el trozo de pan. Tengo que reconocer que disfruté como una loca de ver lo bien que le quedaban las dos cosas, lo bien que pegaban con el vestido que también iba incluído en el regalo, y lo muchísimo que le gustó a Tayma. Al fin y al cabo los regalos son para eso para disfrutar el que lo recibe y el que lo da. Pero cuando además lo has diseñado, lo has hecho con tus propias manos y es para alguien que quieres mucho el deleite se multiplica por mil.