6 de junio de 2009

Anidando



No pierdo la esperanza y sigo anidando. A veces el cuerpo me lo pide con razón, como en esta ocasión. Luego él mismo se rebela contra la situación y deshace lo que él considera un entuerto. De momento no puedo más que esperar y rogar que la próxima vez haya más suerte. Mientras tanto la canastilla crece, poco a poco. Siempre se puede regalar, ese es él consuelo. Quería una chaqueta marrón chocolate para un vestido estampado y un conjunto de pantalón de espiguilla como de montar y camisa estampada en tonos cálidos. Aunque sean conjuntos otoñales me apetecía algo caladito, porque la lana era gruesa y la única manera de aligerarla era con el punto empleado. La verdad es que la tejí muy rápidamente y fué entretenida de hacer. No seguí ningún patrón concreto. Escogí el punto en una revista que me regaló mi suegra y que era de un chal de verano, eché los puntos poniendo la cadeneta encima de la ropita y así mismo medía para menguar en las sisas y el escote. Cuando la terminé decidí que con tanto calado había que hacer un borde y ganaron por goleada las ganas de volante que la hiciera coqueta y femenina. Me gusta como ha quedado! Ahora solo falta que quien la rellene se decida por fin a venir y quedarse donde debe estar....